15 junio 2006

en The New Yorker


Harold Ross fundador de The New Yorker (primera revista que publicó a Nabokov en los Estados Unidos):

Maldito seas, Cheever, ¿se puede saber por qué escribes cuentos tan deprimentes?

Pero no puedo resistirme a comprarlos. Y lo peor de todo es que no puedo comprender por qué.


En 1981 se publicó allí el último relato de Cheever "The Island"

2 comentarios:

El Miope Muñoz dijo...

De hecho a Cheever se le considera parte de la generación "New Yorker" junto al más célebre de todos Truman Capote y al eterno recluso ermitaño JD Salinger (padre castrador y sensible creador adolescente).

¡Un saludo!

Anónimo dijo...

leí algunos cuentos de cheever cuando un amigo me prestó un libro suyo y son tristes pero no tanto como el bueno de Ross dice. Al final siempre queda una esperanza, las famosas epifanías y la idea de El nadador me parece ingeniosa y poétca. ES un blog estupendo.